viernes, 15 de noviembre de 2013

6. Alimentos prohibidos. Azúcares




Azúcar de todo tipo: blanco, moreno seco (se diferencia sólo del blanco en que no se han limpiando a fondo los residuos, es decir la melaza) sacarina, ciclamato, sacarosa, aspartamo, fructosa comercial, dextrosa, levulosa, etc. Son muy perjudiciales porque desmineralizan el organismo, acidifican y son tóxicas.
En una futura entrada, comentaremos de qué manera natural y saludable puedes endulzar los alimentos.

Algunos, de los tantos, efectos perjudiciales del azúcar son:

-El azúcar es un antinutriente, se comporta como un ladrón de nutrientes dentro del organismo. Son “calorías vacías” ya que le extraen todos los nutrientes, solo dejan la sacarosa, es decir el azúcar puro concentrado.

Por ejemplo, roba las vitaminas del complejo B, las cuales son tan necesarias e imprescindibles para nuestro metabolismo en numerosas e incontables funciones. Esto es debido a que para la digestión, asimilación y metabolismo del azúcar hacen falta vitaminas del grupo B, las cuales ya van incorporadas en los alimentos que contienen azúcar (como los cereales integrales, las frutas, las féculas y las legumbres o los endulzantes naturales completos) pero el azúcar al refinarlo le extraen entre otras cosas, las vitaminas del complejo B, no las contiene y las tiene que robar a nuestro organismo, no pudiendo aprovecharlas para las otras tantas funciones. Esto se complica aún más ya que en nuestra dieta occidental no consumimos casi vitaminas B porque en su gran mayoría están en el germen de los granos (de arroz, de trigo, de cebada, de avena, de maíz, etc) y se consumen también refinados, es decir sin el germen y sin el salvado, con lo que ya hay de por sí una “hipovitaminosis” (deficiencia de vitaminas) no pudiendo metabolizar el azúcar. Cuanto más azúcar se tome más demanda de vitaminas del complejo B habrá.

- El azúcar desmineraliza, hace perder el calcio y otros valiosos minerales del organismo.

-El azúcar acidifica, y de hecho es una de las principales causas de acidosis.

-El azúcar es un irritante de las mucosas.

-El azúcar altera la flora intestinal, de forma que pueden aparecer gérmenes de enfermedades y toxemia intestinal.

-El azúcar, al igual que todos los productos refinados, favorece el estreñimiento. Muchos estreñimientos no pueden ser vencidos mientras se sigue tomando azúcar.

-El azúcar compite con la vitamina C, cuando en la forma de glucosa se encuentran ambas en la sangre, de modo que cuando hay unos niveles excesivos de azúcar ésta puede desplazar a la vitamina C (de hecho, el ácido ascórbico es un azúcar ácido), dejando a los glóbulos blancos defensivos sin la misma. Esto puede ser decisivo a la hora de ganar o perder la batalla contra una infección. Además la vitamina C es imprescindible para la oxido-reducción (forma en que las células del organismo producen energía), para formar el colágeno y la elastina (el colágeno es la proteína que en más cantidad tenemos en el organismo, está presente en el tejido conjuntivo, el cual está por todo el organismo dando firmeza, y la elastina también dando elasticidad. Por ejemplo, en lo vasos sanguíneos, pulmones, huesos, articulaciones, cartílagos, músculo liso de los intestinos, piel y un larguísimo etcétera), para la función óptima de las glándulas suprarrenales, para mantener el colesterol en las arterias a raya, para evitar la ateroesclerosis y un largo etc.

-El azúcar es un inmunodepresor. Deja sin defensas al organismo cuando es consumido en exceso.

-El azúcar estimula y favorece el crecimiento de los virus, bacterias, hongos y parásitos o lombrices y favorece el crecimiento o desarrollo de los tumores cancerígenos.

Todos los productos con azúcar y dulces en general, especialmente cuanto más pegajosos sean, incluyendo caramelos, chicles, el chocolate en todas sus formas, helados, pastelitos y bollería, bebidas con azúcar como batidos y refrescos, etc., irritan las delicadas mucosas. Esta irritación en la mucosa, tiene el mismo efecto que una herida en la piel. La irritación de la mucosa disminuye la barrera natural contra la infección y, por tanto, inmediatamente uno es vulnerable a infecciones afines a las mucosas. 



Si el azúcar favorece tanto la aparición de los resfriados es porque tiene una doble acción, por un lado a nivel local en las mucosas, y por el otro lado a nivel general sobre todo el organismo, desequilibrando desde su bioquímica hasta las defensas. 

A nivel local produce:

1-Irritación seguida de erosión o herida, abriendo la puerta a la infección.

2-La alta concentración de azúcar localizada sobre la mucosa anula la capacidad de los fagocitos (es decir, de los glóbulos blancos encargados de la defensa) para enfrentarse a loa virus y las bacterias, de forma que estos se encuentran, además de la puerta del castillo abierta, a los guardias encargados de la vigilancia atados e indefensos. ¿Cómo no va a ser fácil el contagio?

Además las mucosas están limpiándose continuamente mediante el continuo trabajo de los cilios y la fina capa o película de mucosidad que es renovada cada 20 minutos. Pues bien, la naturaleza pegajosa o viscosa de los dulces dificulta esta función de limpieza. Se crea un fenómeno de obstrucción y la fina película de mucosidad no puede ser eliminada en esos 20 minutos y este retardo es un foco de fermentación e infección. Cuando las mucosas se ven impregnadas con estas sustancias pegajosas, los pequeños cilios se ven en serias dificultades. Para ser gráficos, las mismas dificultades que tendrías tú si estuvieras sumergido hasta la barbilla en una piscina llena de cola espesa. ¿Crees que tus movimientos serían muy ágiles? En ese instante te sentirías igual que los cilios cuando el chocolate y otros dulces pegajosos irritan el recubrimiento de la mucosa o de la garganta.

A nivel general, actuando sobre todo el organismo, el azúcar produce:

1-Acidosis y desmineralización

2-El consumo de azúcar refinado disminuye la capacidad de los leucocitos en proporción directa a la cantidad diaria ingerida. Como consecuencia se disminuye la resistencia inespecífica a las infecciones. También un gran abuso de frutas, zumos de frutas, melazas, siropes y miel pueden suprimir el funcionamiento del sistema inmunológico, pero se necesita cometer abusos verdaderamente exagerados con estos alimentos, mientras que con el azúcar refinado, debidos a su absoluta concentración, bastan las pequeñas dosis que fácilmente se toman durante el día para lograr este efecto negativo.

Para que el azúcar te deje indefenso no hace falta tomar mucho azúcar, basta con el azúcar que la mayoría de las personas toman a diario. Además, la mayoría de la gente no son conscientes de las cantidades reales que ingieren de la misma. Esto es así porque solamente del 20 al 30 por ciento del azúcar consumido es visible ya que el azúcar escondido no se ve. Las salchichas, el ketchup, las hamburguesas, los fiambres, los refrescos (tipo coca cola, kas, fanta, red bull, zumos industriales, ….etc), la comida precocinada, la salsa de tomate de los supermercados, los envasados, la bollería, el chocolate de los supermercados, el yogur comercial azucarado, el yogur con sabor a frutas, la mermelada del supermercado, cereales como Kelloggs All Bran u otros de desayuno comprados en el supermercado, fruta en almíbar, leche condensada, entre otros muchísimos productos que ya no nombro, llevan mucho azúcar.

El azúcar es en la actualidad uno de los mayores problemas con los que tenemos que enfrentarnos si queremos cultivar nuestra salud. Hay que renunciar por completo al azúcar. Para quienes no conocen los principios de la nutrición natural, esta actitud de rechazo hacia el azúcar puede parecer exagerada. No lo es en absoluto. El azúcar no es un producto sano desde ningún punto de vista objetivo. Solamente quienes tienen intereses directos o indirectos en este producto típico de la sociedad de consumo puede defender su uso con el cinismo que se precisa para ello. Las multinacionales del azúcar invierten a diario millones y millones de dinero en publicidad para convencernos de que el azúcar es bueno y necesario. De esta forma han logrado que lo que sólo es un comestible nocivo y artificial se vea como algo normal y hasta natural. Pero el precio que se paga por su ingestión es muy alto. Y algo que no se dice, es que el azúcar provoca adicción; esta sustancia es tan dañina como la nicotina, el alcohol o el café porque, al igual que estas drogas, puede crear dependencia.


Fuente: http://luz-kaliha.blogspot.com.es. Lorena Rodríguez Fernández.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ?

 
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"

-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.

Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.

Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó:"¿Qué significa ésto, padre?"

El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. 

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.

Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

"- ¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija. 

"Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? 

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?

¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Y tú, ¿cual de los tres eres?

(Autor desconocido)