Leche.
Nefasta para la salud. Sustituirla por leches vegetales: leche de avena, de arroz, de almendras (si no hay colesterol alto), de sésamo, de chufa, de soja (si sienta bien y de vez en cuando), de lino, etc.Terminado el período de lactancia, todo mamífero pasa a tomar la alimentación propia del animal adulto. Sólo el hombre pasa de la leche propia a la leche de otra especie animal, en lugar de pasar a una sana alimentación del adulto. Sólo el hombre, que al fin y al cabo también es un mamífero, comete la excepción de seguir tomando leche una vez destetado. No se le ocurre pensar que, si trasladamos este hecho al caso de otro mamífero, lo veríamos como algo absurdo. A nadie se le ocurriría afirmar que, una vez destetados, un elefante, un león, un buey, un venado, no podrían crecer si no recibieran leche de un animal de otra especie, a parte de su alimentación usual.
Como una vez destetados ya no necesitamos leche, la enzima que fabricamos para digerir la lactosa (azúcar de la leche) va disminuyendo hasta desaparecer. Además como la leche que tomamos después es de otro animal, adaptada exclusivamente al metabolismo de dicho animal, no es apta para nosotros dándonos innumerables trastornos y problemas ya que no la metabolizamos bien.

Nuestro cuerpo tiene dificultades para asimilar las proteínas extrañas de la leche de otro animal; muchas de ellas además son alérgenas (dan alergia, sin darnos cuenta) con lo que si la tomamos asiduamente nos va a dar muchos problemas y como el sistema inmune se ve totalmente alterado va a provocar muchas otra alergias (como el polen, polvo, pelo de los animales, a gramíneas, a otros alimentos, etc). La leche de cada especie contiene los anticuerpos propios de dicha especie para proteger a la cría, que son totalmente distintos a los de otra especie, por lo tanto al ingerir estos anticuerpos que nosotros no reconocemos, nuestro sistema inmune aún se vuelve más loco y desestabilizado.
El consumo de lácteros puede generar en el bebé cólicos, problemas de oído y catarros continuos; de niño, los síntomas suelen manifestarse como terrores nocturnos, asma o hiperactividad; en la adolescencia puede aparecer acné, depresión y dolores de cabeza; en la juventud, problemas intestinales y menstruales; en la madurez y vejez, artritis y osteoporosis. Todos estos desequilibrios de salud pueden ser debidos a un mismo problema: intolerancia a los productos lácteos. Por si esto fuera poco, los productos lácteos producen mucha mucosidad en el organismo taponando el sistema linfático (el que nos ayuda a desintoxicarnos), bloqueando la absorción intestinal y congestionando el sistema respiratorio.
No hay que tener miedo a una posible carencia de calcio cuando se eliminan los productos lácteos de la dieta. La leche es alta en este mineral pero baja en magnesio, el cual es indispensable para ayudar en la absorción del calcio en los huesos. Entre los mejores alimentos en estos dos minerales (calcio y magnesio), se encuentran los vegetales verde oscuro, apio, col, brócoli, nabos, soja, higos y ciruelas secas, harina de algarroba, olivas, algas (especialmente las Hiziki), frutos secos y semillas.
En castellano por orden:
Brócoli, col china, almendras, semillas de calabaza,
gombo, col silvestre, rabanitos, nopales, colirrábano,
puerro, nueces brasileras, alcauciles(alcachofas),
palta, apio, chauchas, pulpa de coco, cebollas, grosella espinosas,
hinojo, diente de león, acelga, espinaca, col rizada, calabaza,
repollitos de brusela, moras, repollo, zapote, semillas de sésamo, espárragos
Fuente: http://luz-kaliha.blogspot. com.es. Lorena Rodríguez
Fernández.