Por Feliciana García
http://www.espaciohumano.com/index.php/blogs/inspiraciones/309-desde-la-quietud
Este es un texto de Eckhart Tolle que nos lleva a una reflexión profunda hasta ponernos de cara a lo único que somos: Vida.
http://www.espaciohumano.com/index.php/blogs/inspiraciones/309-desde-la-quietud
Este es un texto de Eckhart Tolle que nos lleva a una reflexión profunda hasta ponernos de cara a lo único que somos: Vida.
Eckhart Tolle a la edad de veintinueve
años, sufre una profunda transformación espiritual que disolvió su
anterior identidad, y cambió radicalmente el curso de su vida. Dedicó
los años siguientes a comprender, integrar y profundizar esa
transformación, que marcó el comienzo de un intenso viaje interior.
Eckhart no está alineado con ninguna
religión ni tradición particular. En sus enseñanzas transmite un mensaje
simple y profundo, con la claridad sencilla e intemporal de los
antiguos maestros espirituales: hay un camino para escapar del
sufrimiento y vivir en paz.
Su libro más representativo es "El Poder del Ahora".
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"Cuando pierdes contacto con la
quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes
contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo. Tu sentido más interno
de tí mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud.
Ése es el Yo Soy que es más
profundo que el nombre y la forma. La verdadera inteligencia actúa
silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la
solución a los problemas.
Cuando miras un árbol o un ser
humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la
persona. La conciencia está mirando a su creación.
En la Biblia se dice que Dios
creó el mundo y vio que era bueno. Eso es lo que ves cuando miras sin
pensamiento, desde la quietud. Cuando estás inmerso en el pensamiento
compulsivo, estás evitando lo que es.
No quieres estar donde estás: Aquí, Ahora
El reino de la conciencia es
mucho más vasto de lo que el pensamiento puede entender. Cuando dejas de
creerte todo lo que piensas, sales del pensamiento y ves con claridad
que el pensador no es quien tú eres.
La mente busca alimento
incesantemente, y no sólo para el pensamiento; está buscando alimento
para su identidad, para su sentido del yo.
Así es como el ego (el yo
separado) viene a la existencia y se recrea continuamente a sí mismo. El
sentido del yo característico del ego necesita el conflicto, porque su
identidad separada se fortalece al luchar contra esto o lo otro, y al
demostrar que esto soy «yo» y eso no soy «yo».
Cuando se mira superficialmente,
parece que el momento presente es uno entre muchos, muchos momentos.
Cada día de tu vida parece estar compuesto por miles de momentos en los
que ocurren distintas cosas.
Pero, si miras más a fondo, ¿no hay siempre un único momento? ¿No es la vida siempre «este momento»?
Este momento —el Ahora— es la
única cosa de la que nunca puedes escapar, el único factor constante en
tu vida. Pase lo que pase, por más que cambie tu vida, hay una cosa
segura: siempre es Ahora.
Cuando te haces amigo del
momento presente, te sientes como en casa dondequiera que estés. Si no
te sientes cómodo en el Ahora, te sentirás incómodo dondequiera que
vayas.
Yo no soy mis pensamientos, emociones, percepciones sensorias y experiencias. Yo no soy el contenido de mí vida. Yo soy Vida.
Yo soy el espacio en el que
ocurren todas las cosas. Yo soy conciencia. Yo soy el Ahora. Yo Soy. No
puedes encontrarte a ti mismo en el pasado o en el futuro. El único
lugar donde puedes encontrarte es en el Ahora.
Todas las cosas naturales, además de estar unificadas consigo mismas,
están unificadas con la
totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad reclamando
una existencia separada; «yo» y el resto del universo. La contemplación
de la naturaleza puede liberarte del «yo», el gran creador de
conflictos.
Necesitas que la naturaleza te
enseñe y te ayude a reconectar con tu Ser. Pero tú no eres el único
necesitado; ella también te necesita a ti.
No estás separado de la
naturaleza. Todos somos parte de la Vida Una que se manifiesta en
incontables formas en todo el universo, formas que están, todas ellas,
completamente interconectadas.
Cuando reconoces la santidad, la
belleza, la increíble quietud y dignidad en las que una flor o un árbol
existen, tú añades algo a esa flor o a ese árbol. A través de tu
reconocimiento, de tu conciencia, la naturaleza llega a conocerse a sí
misma.
¡Alcanza a conocer su propia belleza y sacralidad a través de ti!
Un gran espacio silencioso
contiene en su abrazo la totalidad del mundo natural. Y también te
contiene a ti. La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ése es su
regalo para ti.
Cuando percibes la naturaleza y
te unes a ella en el campo de quietud, éste se llena de tu conciencia.
Ése es tu regalo a la naturaleza.
La muerte no es lo contrario de la vida. La vida no tiene opuesto.
Lo opuesto de la muerte es el nacimiento.
La vida es eterna".