jueves, 12 de septiembre de 2013

4. Combinación correcta de los alimentos.



Para recuperar nuestra salud y mejorarla tendremos que alimentarnos adecuadamente, es decir, con una alimentación no tóxica y bien combinada. Las malas combinaciones alimentarias hacen que no se digiera bien la comida con lo que no se aprovechan sus nutrientes y lo que es peor, que producen fermentaciones y putrefacciones generando sustancias tóxicas que dañan el sistema digestivo y pasan a la sangre ensuciando el organismo, produciendo inflamaciones y reacciones autoinmunes. Y también provocan que se realice una digestión lenta y laboriosa seguida de una tardía evacuación, lo que permite una reabsorción de las toxinas fecales y como consecuencia la fabricación de más grasa para poderlas almacenar.

Combinar correctamente los alimentos va a permitir una mejora de la digestión, una correcta asimilación, una adecuada evacuación intestinal y una desintoxicación continuada.

Para realizar bien la dieta debes conocer algo de la clasificación de alimentos, es decir, saber lo que son proteínas y lo que son hidratos de carbono (que contienen fécula o almidón).

Proteinas
  Las proteínas son: carne, pescado, marisco, huevos, lácteos, embutidos, setas, frutos secos (nueces, almendras, avellanas, piñones…), semillas (de sésamo, de lino, de girasol, de calabaza…), polen, levadura de cerveza, germinados, soja y sus derivados (tofu, tempeh,…), seitán, hamburguesas y salchichas vegetales (y las de carne también, claro está), etc. 
También contienen bastante cantidad de proteínas las legumbres. La quinoa (una semilla, pero que por sus nutrientes es considerado como un cereal y se usa como un cereal) también tiene todos los aminoácidos esenciales para nuestro organismo, los aminoácidos son las moléculas que conforman las proteínas. Lo mismo pasa con el trigo sarraceno y el amaranto (también son semillas pero son considerados como cereales) que tienen aminoácidos en cantidad, aunque están más equilibrados en la quinoa. Polen, levadura de cerveza, germinados y aguacate contienen también contienen todos los aminoácidos que necesitamos para formar proteína, por lo que también se consideran alimentos proteicos.


Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono con fécula y almidón son: pan, pastas, cereales, arroz, harinas, fideos, pizza, patatas, boniato, calabaza, batatas, castañas. Los cereales integrales son sanos (no así los refinados -blancos, nefastos para la salud) y hay que ir alternándolos para enriquecer la dieta ya que hay muchos tipos: arroz integral o semiintegral, quinoa, mijo, trigo sarraceno, amaranto, avena, centeno, cebada, maíz, trigo integral o semiintegral, espelta, kamut, etc.


Las reglas para una buena combinación alimentaria son las siguientes:

-              No mezclar en el mismo menú proteínas fuertes, que son las procedentes de animales (carne, pescado, marisco, huevos y lácteos) con hidratos de carbono (féculas o almidón).
Las proteínas requieren un medio ácido para su digestión mientras que los hidratos de carbono necesitan un medio alcalino (para que los enzimas digestivos correspondientes funcionen adecuadamente) por lo que son incompatibles. Si se juntan se mezclarán intermitentemente los jugos ácidos con los alcalinos sin realizar adecuadamente su digestión, quedando moléculas intermedias perjudiciales y fermentando (los hidratos de carbono) y pudriendo (las proteínas), produciendo sustancias tóxicas, etc.
 
-              No mezclar distintas proteínas en la misma comida.


-         La proteína es recomendable consumirla en la cena.     
Los hidratos de carbono con fécula y almidón, y las proteínas fuertes se acompañarán siempre con abundante verdura pero no mezclar entre ellos.


-              No mezclar distintos hidratos de carbono en la misma comida.

-              Cuando en el menú se tomen hidratos de carbono (féculas o almidón) no poner vinagre ni limón en la ensalada ni otro tipo de ácido, ya que el ácido neutraliza una enzima que fabrica la saliva y el páncreas que digiere los hidratos de carbono o glúcidos y por lo tanto no se digerirán bien produciendo fermentaciones con sus consiguientes toxinas.

-              Las frutas se tomarán siempre fuera de las comidas, nunca como postre. Como mínimo media hora antes (excepto el plátano, los dátiles y la fruta seca como por ejemplo las uvas pasas o los higos secos, etc., que hay que esperar de 45 min a 1 hora a que salgan del estómago) o después de acabar de hacer la digestión (2 horas después de una comida a base solo de ensalada o verduras crudas, 3 horas para una comida bien combinada sin proteína animal, 4 horas en comida bien combinada con proteína animal y 8 horas como mínimo para cualquier comida mal combinada) . Lo ideal es en ayunas durante la mañana o a media tarde. También se puede realizar alguna cena a base de macedonia de frutas con pan dextrinado, semillas de sésamo, lino o girasol y yogur (en caso de no estar prohibido) de cabra o de oveja o bien leche de chufa. 
Nota: tanto el melón como la sandía se comen solos, sin mezclar con nada, ni siquiera con otra fruta dulce; solo melón o solo sandía.
Sólo está permitido tomar como postre manzana, papaya o piña natural (no de bote) con el corazón, si la comida ha sido de proteína animal, es decir, carne, pescado o huevos.
La manzana si que está permitida como postre en cualquier menú (contenga proteínas, hidratos de carbono o verduras) ya que es un alimento neutro que combina bien con todo y además facilita la digestión.
Las frutas con el estómago vacío salen enseguida del estómago (20 min. o media hora) porque casi no tienen que realizar la digestión (ya que sólo contienen agua, vitaminas, minerales, fructosa, glucosa y una cantidad mínima de aminoácidos y estas sustancias no requieren digestión)  y así limpian el aparato digestivo, depuran y se aprovechan sus vitaminas y minerales. Sin embargo si se mezclan con otros alimentos, como éstos requieren digerirse, la fruta no podrá salir, con lo cual fermentará, hinchará el estómago o abdomen y no se aprovecharán sus propiedades ni vitaminas, ni minerales, siendo perjudicial en vez de beneficiosas.


-              No mezclar fruta muy ácida con fruta muy dulce.
No mezclar frutas muy dulces con ensaladas.
No mezclar fruta ácida con féculas ni almidones.

-              No beber agua ni otro líquido detrás de la fruta de hueso (cereza, melocotón, albaricoque, ciruelas, etc) porque pueden producir fermentaciones e incluso cólicos y diarrea.

-              Se tomarán con moderación las frutas muy dulces como uvas, caquis, plátanos, dátiles, higos frescos o secos porque en exceso pueden producir problemas (sobrecargar el hígado).



Fuente: http://luz-kaliha.blogspot.com.es. Lorena Rodríguez Fernández.